jueves, 22 de octubre de 2009

Taller de Lectura Y escritura

Noche de Cuentos para Adultos y Musica
La noche del sábado hizo brotar miles de emociones y así como el aire se llenó de mosquitos celebrando la vida, el Centro de Cultura de Parada Robles hizo brotar música, cuentos y poesía desde lo más simple y profundo: La intención humana. Y por un ratito la imaginación quedó libre e invadió todos los rincones del lugar. Fui yo, quien tuvo la idea, pero bien se sabe que toda idea necesita de guardianes que la respalden. Y después de tanto buscar acompañantes, surgieron corazones generosos que fueron capaces de correrse de un proyecto personal para que las palabras encontraran un medio de escape. Y así fue que Brian Canaglic hizo sonar los acordes de la guitarra, “para cazar suspiros” como diría Lorca, Damián Bravo permitió escuchar latidos del corazón a través del bombo y Adolfo Charrato dejó el aire lleno de asombro y admiración con su voz hermosa. Y así fue que la música y la poesía, hermanas sin tiempo, se juntaron para celebrar. Agradezco infinitamente a los tres la colaboración, y los honro por lo que hacen que seguramente dará sus frutos.
Del otro lado también estaban ellas: las dos Carolinas o mas bien Penélopes contemporáneas, que pacientes acompañaron y colaboraron. Gisela, mi hermana de la infancia me dio una vez más un abrazo de aliento. Otros “conejos blancos” llegaron tarde por no mirar precisamente el reloj del cuento pero estuvieron en lo profundo del acompañar, y también, como para aliviar tensiones y demostrar que conocen verdaderamente a esta Antonela que no tiene otro partido ni otra bandera ni otro compromiso que no sea la pasión por lo que hace, se hicieron presentes representantes del Ateneo Cultural, artistas, verdaderos artistas que saben que las divisiones son pobrezas muy profundas del alma. Y también se hizo presente María Morel, quien representa para mí, el mejor público, porque ella puede compartir conmigo el amor incondicional y sin tiempo hacia Manuela, su mamá, quien me cuidó durante mis primeros años de vida y que fue sin dudas, junto a mis Tíos Bebe y Alicia y mis padres, Hugo y Silvia, la gran responsable de que hoy sea una especialista en historias, en imaginación. Manuela jamás imaginó, que en esa casa de Robles por la que hoy cruza el asfalto, en esa casa humilde de material y extremadamente rica en sentimientos, la nena a la que le inventaba historias a la hora de la siesta iba a convertirse en lo que hoy es, y la nena que es esta mujer que escribe, jamás imaginó que esas historias serían los tomos más cotizados de la biblioteca de su propio corazón.
Esto pasó en Parada Robles. Esto fue un intento y ojala que haya muchos más. Somos la nueva semilla que le devuelve a la tierra algo de lo que en su momento sembró. Somos artistas y también locos, que todavía creen en algo distinto.
Gracias Carlos, por el apoyo incondicional, por el placer que provoca trabajar no con un coordinador sino con un ser humano, con un brazo tendido siempre.
Los espero los viernes a las 18 en eso que se parece a un taller Lectura y escritura.
Muchas Gracias!
Antonela

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